flores que me siguen

domingo, 28 de noviembre de 2010

FARALAES



Hola, aquí me tenéis hecha un primor!


Tendría unos dos o tres años, no recuerdo bien. En esa època vivíamos en Linares,
mi padre viajaba mucho y nos tocó estar allí una temporadita.
Tal día como aquel, mi madre y sus amigas, debían de estar aburridas y no se les ocurrió
otra cosa que hacerme la dichosa fotito. No se aprecia mi cara de enfado? Claro,
me tuvieron rato y rato y más rato preparándome, y en una peque de tan corta edad, tenerte
así, pues como que no, verdad?
No me falta detalle y ni un pelo salido de su sitio, el caracolillo perfecto! Hasta me pintaron
el lunar y los rabillos del ojo. Estoy descalza porque no encontraron zapatitos para mí. Tengo
el pie pequeño y fino, y a día de hoy, todavía me las veo y me las deseo para encontrar mi
número, por eso, me sentaron en tó lo alto, jajajaja.
Ni que decir tiene, que fue el primer y último vestido de faralaes que me puse, con todo lo que
me hartaron aquel día, los aborrecí.
Pues, ea!, qué, nos echamos un bailecito?









sábado, 20 de noviembre de 2010

MI LINDA



Hola linda, sabes que me muevo por impulsos, y ahora me ha dado uno.

Quiero desde aquí darte nuevamente las gracias, por tu amistad, por tu apoyo,
por ser el pilar que me sujeta, por no dejarme caer, por tus sabios consejos.
Por aguantar a esta bebota grande que tanto reclama tus mimos.
Tú sabes de mi latir y mi sentir.








De mis inquietudes, alegrías y tristezas.
Siempre estás ahí con las palabras exactas que calman mi angustia y mi corazón.
Siempre una palabra que me hace reir para ahuyentar mis lágrimas.
Y de vez en cuando, un tirón de orejas, suavecito y avisando, porque sabes de mi
sensibilidad. Tirones que agradezco porque de ellos aprendo.
Gracias amiga del alma, mi linda, mi india.
Te Quiero Mucho.





viernes, 5 de noviembre de 2010

TIEMPO DE OTOÑO

Tiempo de suaves brisas y cálido sol,
tiempo de dejar atrás y sembrar.
Tiempo de añoranzas y melancolías,
tiempo de ilusión y alegría, por lo que vendrá.







Tiempo de caminar por los senderos,
cubiertos de hojas amarillas,
tiempo de caminar junto a tí,
sin mirar atrás.













martes, 2 de noviembre de 2010

BELLAS ARTES

ACANTO

Las hojas del acanto, largas y rizadas, sirvieron a los griegos de adorno para sus trajes,
los muebles y los utensilios. Virgilio nos describe el vestido de la bella princesa Helena
bordado en relieve en forma de hojas de acanto. El acanto es admirado por arquitectos
paisajistas por la forma que se adapta armoniosamente a la estructura de todo el conjunto.
Esta planta entró en la historia sirviendo de motivo para el capitel corintio.
Según la leyenda, había muerto la joven hija del arquitecto griego Calímaco.






Este colocó sobre la tumba de la muchacha, encima de una planta de acanto, un canastillo
de flores, y lo cubrió con una teja. En la primavera siguiente, la planta se abrió camino
redoblando sus esfuerzos por crecer, y sus hojas abrazaron el canastillo, se encorvaron
y se cerraron hacia los extremos.












Al pasar por el sepulcro, Calímaco se quedó maravillado ante aquella decoración
campestre del acanto y la armonía y belleza del conjunto le inspiraron para crear el
capitel de la columna corintia, correspondiendo el cuello de la columna que se pierde
en las hojas al cesto y la teja, a la baldosa.
Los romanos copiaron la disposición de estas columnas.
La idea de Calímaco se adoptó incluso en La Edad Media, aunque se cambió
ligeramente la forma de la hoja. Los artistas bizantinos y románicos estilizaron el motivo,
mientras que en el arte gótico la planta se convirtió casi en un cardo. El renacimiento italiano
es el movimiento que más se aproxima al concepto griego del acanto. Así fue como la
flor quedó elevada a emblema de las bellas artes.


Dedicado a los poetas, a los luchadores de la vida, mujeres y hombres de buen hacer y sentir,
los que no pierden su libertad, sus ideales, su identidad.






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