flores que me siguen

viernes, 26 de marzo de 2010

MIRTO, AMOR



El mirto estaba consagrado a Afrodita por los pueblos helenos. La diosa de la belleza,
del amor y de la fecundidad, a quien los romanos llamaron Venus, tuvo el templo rodeado
de un bosque de mirtos. El poeta Lucrecio la nombraba "diosa de la voluptuosidad de los hombres". El mirto simboliza, pues, el amor, el nacimiento y la resurrección.
La leyenda dice que una mujer sin hijos rogaba a Dios que le concediera algo vivo que cuidar.
"Aunque sea un mirto", decía. Sus plegarías fueron escuchadas y dio a luz un mirto, que
plantó y cuidó maternalmente.





Un príncipe que iba de camino vio el mirto y quiso llevárselo a palacio, a lo que la mujer
accedió después de hacerle prometer que lo cuidaría con esmero. El príncipe puso el mirto en su dormitorio y una noche, despertado por unos pasos en la oscuridad, encontró a su lado
una maravillosa muchacha de piel sedosa, a quien abrazó y amó hasta la llegada del alba,
momento en el que ella desapareció misteriosamente. Durante seis noches seguidas el príncipe
recibió en la oscuridad la visita de la muchacha, para volver a perderla cada mañana. En la
séptima noche, decidió atarse un bucle de la extraña visitante al brazo y así, al amanecer,
pudo al fín, contemplar a su amante. Ella le reveló que era el espíritu del mirto y que podía tomar figura humana cada vez que alguien hiciera sonar una campanilla junto a la planta.
Unas cortersanas descubrieron el mirto, hicieron sonar la campanilla y, envidiosas de la belleza
de la joven que apareció ante sus ojos, se abalanzaron sobre ella y la destrozaron. Un sirviente reunió los fragmentos, los devolvió al tiesto y, milagrosamente, el mirto resucitó. Enterado
el príncipe, puso a las cortesanas en una lóbrega mazmorra y vivió para siempre feliz
con su mujer-mirto.














domingo, 21 de marzo de 2010

LA MUJER WENDY


Es aquélla que de forma compulsiva, se afana en complacer a los demás
tiene una excesiva necesidad de ser aceptada y un gran temor a no ser querida.

¡Esa autoestima hay que cuidarla!

Quienes sufren este síndrome tienen un alto grado de dependencia emocional y
actúan de manera sobreprotectora con la gente de su entorno: hijos, padres,
hermanos, pareja, amigos...

¿Y nosotras, qué? ¿Dónde quedamos? Va a ser que no, eh?





No existe Wendy sin Peter Pan: las "cuidadoras" protegen a personas que no quieren tener responsabilidades
y se responsabilizan de las decisiones de éstos, por lo que se sienten emocionalmente agotadas.

A estas alturas, ya no estamos para poner chupetes, ni pañales. ¡Qué aprendan!

Así es como nos aparece el sentimiento del fracaso, nos cansamos, sentimos que no damos para más
y nos deprimimos.

¡Y de eso nada!

El que quiera peces, ya sabe lo que tiene que hacer...

















viernes, 5 de marzo de 2010

SIGUE TU LUZ




Cuenta la leyenda que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Esta huía rápida de la feroz depredadora, pero el reptil no desistía.

Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía...
Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro a darle este privilegio a nadie pero, como te voy a devorar,
puedes hacerlo-, contestó la serpiente.
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?- dijo la luciérnaga.
-No- contestó la serpiente.
-Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
-¡Porque no soporto verte brillar!






Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones difíciles,
en las que nos sentimos acosados sin motivo y nos preguntamos:"¿Por qué me pasa esto,
si no he hecho nada malo ni he dañado a nadie?".

Es sencillo de responder...¡Porque no soportan verte brillar!

Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú misma. Sigue haciendo lo mejor,
no permitas que te lastimen, que te hieran; sigue brillando y no podrán tocarte...
porque tú luz seguirá intacta.

Tu esencia peremanecerá pase lo que pase. Se siempre auténtica, aunque tu luz
moleste a los depredadores.

Mi luz brilla...y la tuya?






















Subir a Inicio